POR Sonia Mohedano
13/05/2025
Las Flores de Bach, un sistema natural de curación emocional desarrollado por el Dr. Edward Bach en el siglo XX, ofrecen una fascinante perspectiva para equilibrar las emociones en madres e hijos a lo largo del crecimiento. Estas esencias florales tienen el potencial de brindar armonía emocional en momentos de desequilibrio, tanto en los niños como en las madres, a lo largo de su viaje de crianza y desarrollo.
Desde la alegría hasta la ansiedad, el miedo o la tristeza, las emociones son una parte integral de nuestras vidas y, en especial, en la crianza de los hijos. Los niños, al igual que los adultos, atraviesan una amplia gama de emociones a medida que crecen y enfrentan diferentes desafíos. Las madres, por su parte, experimentan una montaña rusa emocional al enfrentar las alegrías, preocupaciones, y responsabilidades de la crianza.
Las Flores de Bach se han convertido en una opción popular para abordar estas fluctuaciones emocionales. Cada una de estas esencias, derivadas de flores silvestres, se asocia con un estado emocional específico. Por ejemplo, la flor de Bach «Mimulus» se usa para ayudar a los niños o a las madres a superar miedos conocidos y concretos, mientras que la esencia «Impatiens» puede ser útil para aquellos que se sienten impacientes o irritados.
En los niños, las Flores de Bach pueden ser una herramienta efectiva para equilibrar y gestionar emociones. En momentos de estrés escolar, ansiedad por separación, miedo a la oscuridad o incluso en la adaptación a cambios importantes, estas esencias pueden proporcionar un soporte emocional valioso. Por ejemplo, el uso de la flor «Cherry Plum» podría ayudar a un niño que se siente abrumado o al borde de perder el control.
En cuanto a las madres, estas flores pueden ser un recurso invaluable. El proceso de crianza conlleva una montaña rusa emocional constante: desde la dicha de ver los primeros pasos de un hijo hasta la preocupación por su bienestar. Las Flores de Bach pueden ayudar a las madres a gestionar el estrés, la ansiedad y los altibajos emocionales que a menudo acompañan a la crianza.
El equilibrio emocional es crucial para una crianza positiva y saludable. Cuando las madres se enfrentan a desafíos emocionales, como el agotamiento, la culpa o la sensación de abrumarse, las esencias florales pueden actuar como un soporte para restaurar el equilibrio interno. Por ejemplo, la flor «Elm» podría ser útil cuando una madre se siente abrumada por múltiples responsabilidades y tareas.
La clave para utilizar las Flores de Bach de manera efectiva en madres e hijos radica en identificar las emociones específicas que se experimentan. Observar los cambios en el comportamiento de un niño o las reacciones emocionales de una madre puede ser el primer paso para determinar qué esencia floral podría ser más beneficiosa en ese momento particular.
Es importante destacar que las Flores de Bach no son un reemplazo para el cuidado médico profesional o la terapia. Sin embargo, su uso complementario puede ser una herramienta maravillosa para abordar las necesidades emocionales tanto de los niños como de las madres.
En resumen, las Flores de Bach ofrecen un enfoque suave y natural para equilibrar las emociones en madres e hijos a lo largo de su viaje de crecimiento. Al proporcionar un apoyo emocional valioso, estas esencias florales pueden ser aliadas para promover un bienestar emocional saludable y ayudar en el proceso de crianza.